Mariene Lufriú Rodríguez
(Pinar
del Río, Cuba, 1987. Reside actualmente en USA). Poeta y Narradora. Licenciada
en Filología (Universidad de La
Habana ). Escribe, además, literatura para niños. Su obra ha
merecido varios premios tales como el Internacional de Poesía NOSSIDE CARIBE
2003, el Farraluque 2006 (literatura erótica) el Mangle Rojo 2007(cuento) y el
Calendario 2008 (poesía). Fue también finalista en el III Premio de Ensayo
“José Juan Arrom” 2010, convocado por la Revista La Gaceta de Cuba.
Ha
publicado los poemarios “La ruta
incierta” (Ediciones Loynaz, Cuba, 2008), “Todos los semáforos en rojo” (Casa Editora Abril, Cuba, 2009), “Academia
de fugas” (Latin Heritage Foundation,
USA, 2011), “Los mapas interiores” (Indómita
Editores, Puerto Rico, 2012) y “Por
Dios, por ti, por mí, por tu marido” (ArtSpoken Editions, USA, 2014).
Fue
galardonada como la “Mejor Poetisa del Año” en los NPE Awards, 2013, Miami, USA
y textos suyos figuran en antologías, revistas y periódicos de España, Italia,
México, Venezuela y Perú.
Representó
a Cuba en el 1° Encuentro de Jóvenes Escritores e Intelectuales del ALBA,
Caracas, Venezuela (2010), es egresada del Centro de Formación Literaria “Onelio Jorge Cardoso” y miembro de la Unión Nacional de Escritores
y Artistas de Cuba (UNEAC) en su país de origen.
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Del Libro “La ruta incierta”
DULCE CASTIGO
Me gustas hecho fiera y vendaval
y dueño de mis fatuas embestidas.
Me gusta verte hacer un carnaval
burlando la quietud de mis heridas.
Me vives, me profanas y me
embridas,
tan tú, tan pertinaz, tan animal.
Si tengo vida luego de otras vidas
te quiero a la merced de mi
humedal.
Muchacho hecho de sí y de revés
que llegas a mis sábanas e
hibernas.
No importa que me sepas a después
si ahora, sin quererlo, me
gobiernas.
Yo voy a enamorarme cada vez
que logres el milagro entre mis
piernas.
MIGAJAS
Por gris, por intangible, por vacío,
yo quiero ser el humo y no la hoguera.
El humo va proscrito a donde quiera;
la hoguera, alguna vez, se vuelve frío,
se extingue, se consume en su calibre
y deja en las cenizas un lamento.
El humo se entrelaza con el viento
y nadie sabe ya cuál es más libre.
Yo quiero hacerme humo, aunque esté amargo,
saberme sin un cauce, sin un centro.
No entiendo de amplitud, de ancho, de largo;
no vengan las medidas a mi encuentro.
Yo quiero hacerme humo y sin embargo,
la hoguera es la que siempre llevo dentro.
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Del Libro “Todos los semáforos en rojo”
Súbito Discurso Mientras Acepto La Diversidad De Mi Especie
Pienso en William Faulkner y soy un
pez.
Con todos cortándome en trozos mientras agonizo
porque sé que siempre habrá nalgas
disponibles
para los bancos azules,
pechos abiertos
cuando se ha terminado la fórmula
del abrazo.
Va a haber bandera
para los Partidos de izquierda,
pan para quien pudo saciar la sed
y un palmo de tierra
para el que ha logrado morirse en
paz..
Se quedarán entonces la muñeca
rota,
la paciencia olvidada después de la
tormenta,
el hambre con el hambre encarnada,
la fe del agnóstico.
Caminos minados de espaldas lejanas
serán los caminos.
Pero es la ley:
Rumbo a los unos vamos los otros
y nos saludamos
con displicencia en las avenidas
mientras el semáforo cambia la luz.
CONFORMÁNDOME
Pobre de la ola
que no puede escapar a la costumbre
de chocar,
siempre chocar o morir.
La hicieron tonta y sumisa.
Viene otra vez, y vuelve,
con otra espuma, con otro cuerpo,
pero siempre tonta y sumisa,
siempre a chocar.
De nada le sirve venir del mar,
indoblegable e inmenso.
La ola es débil,
con más fuerza que muchos hombres,
pero condenada al fracaso.
De nada le sirve ser azul,
que también es inmenso.
La ola es pobre,
pobre como yo
que no soy más que la ola.
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Del Libro “Academia de fugas”
GEOMÉTRICA
Entre la tediosa complacencia de mi amante original
y la obligada distancia de mi amante paralelo
yo guardo lo único salvable
lo único común:
guardo el deseo.
Porque me asusta que el tedio de uno se desborde
y mis líquidos rituales de placer
acorten las distancias hacia el otro
restauro sin cesar mis líneas de conducta.
Equitativa me reparto
aunque sé que no todo paralelismo
es síntoma de orden
ni el modo en que equidistan
mi amante original y mi amante paralelo
de mis límites
es exactamente simetría.
Ante la imprecisa y orgiástica naturaleza
de un círculo de amantes
o la igualdad de las partes de un cuadrado
mi historia de tres puntas
se alza con una intensidad arrolladora.
Sin permiso de los dos
hago mi tríada.
Porque la blanda arquitectura de mi vientre
es triangular;
porque el punto en que los hago converger
en nerviosas
clandestinas alternancias
también lo es.
TIERRA DE
NADIE
Tuvimos que fundar un país
con la suma precaria de dos sábanas de hotel.
Demasiado pequeño aquel país
tanto que
dejamos fuera
tus relojes cargados de reuniones
y notas de oficina
mis amores antiguos anclados a la culpa
la certeza de tu esposa
atada como un musgo a tu costado
mi pasaporte y un boleto de regreso
que borraba la silueta de tus costas
la ignorancia graciosa de nuestros cumpleaños
la promesa de la próxima cita
el dolor que sobreviene en el momento del adiós.
Angosto y miserable aquel país
tanto que
imaginamos eterna
la huella de olor en nuestra piel
la abstinencia que escogimos para no ser
convencionales
el temblor de los dedos que vacilan
antes de marcar el número telefónico del otro
la aparente indiferencia
que inventábamos delante de la gente.
Hace poco tus relojes
mis amores
tu esposa mi pasaporte
han atacado el país que fundamos
y allanaron todo lo que creímos nuestras conquistas.
Nos dejaron únicamente
la piel despojada de la huella
la abstinencia
un par de números telefónicos
unos dedos que ya no tiemblan ni los marcan
y la indiferencia
que hoy nace espontánea
como el más dócil de los manantiales.
Demasiado pequeño aquel país
demasiado angosto y miserable
tanto que
duró más poco que una luna
y nunca tuvo una bandera ni un himno
que nos cante hoy al oído
ningún símbolo sagrado ni perverso
ni una guerra siquiera
que avivara el curso de la sangre.
Se escurrió entre circunstancias
que no pudimos trascender
y un mar imperdonable
impuso toda su majestad a nuestro abrazo.
Ahora lo comprendo
Amor:
dos sábanas de hotel
son poco para fundar un país
tanto que la
más indolente empleada de limpieza
llegó al amanecer
y sin ningún remordimiento visible
nos arrebató el país
para mezclarlo con el resto de la ropa sucia
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Del Libro “Los mapas interiores”
ANIMALIA
I
Ladro al vacío
a ese hueco tremendo
que el viaje deja.
II
Mastico el polvo.
Imito el rumbo triste
de las culebras.
III
Feliz el pájaro
que vuela y deja atrás
la mala tierra.
IV
Los elefantes
con paso siempre firme
no abren sospechas.
V
Peces de isla
oculten tras su mutismo
la queja antigua.
OJO POR OJO
Asistiré a tu derrumbe.
Cuando llegue el tiempo de la siega
no habrá en ti un palmo
aprovechable que ofrecer.
Pájaros grises habrán venido antes
a hartarse con el néctar de tus
mieses.
Nada para la estación de las
frutas.
Quedará humildemente la sequía de
tus tierras:
tu modo perfecto de caer
para ahogarte en la angustia de tus
límites.
No podría llegar tarde a tu
desplome.
Debo alimentarme con el polvo de
tus bordes.
Absorber cada trozo feliz del
espectáculo
donde arruines la paz de tu
fortuna.
Acunar esa música imprecisa
que ruge al compás de la embestida.
Creerme por fin
que las cosas que uno quiere
sí se pueden alcanzar
mientras te gastas en tu oscuridad.
No existe duda alguna.
Viviré y estaré disponible
para ver cómo te fundes en tus
heces.
(Nadie notará la diferencia.)
Porque nunca existió tal distinción
más allá del teatro infeliz que
malactuabas.
Ninguna máscara alcanza para tapar
toda una vida.
Iré gustosamente al sitio
donde confieses que has perdido.
Y serás la sombra anónima
amnésica
que nunca más disfrazará la senda
limpia
en el camino de los otros.
Desde la fila esquiva de la
justicia
esperaré el sonido de tus pasos
temerosos
minuciosos últimos pasos que darás
antes de la quebradura total de tu
Mentira.
Con la paciencia de Job
aguardo el día.
Cada lágrima tuya
será savia divina sobre mis llagas.
Cada grito de pánico:
música perfecta en mis oídos.
Serenamente espero.
Aliso mi ropa.
Lavo mis manos y mi cara.
Restauro desde ahora mis
imperfecciones.
Debo estar hermosa.
Tienes que verme bella y feliz
cuando te hundas.
Reviso con cuidado la exactitud de
mis relojes.
Y espero.
Me conforta saber
que llegaré puntual a tu naufragio.
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Del Libro “Por Dios, por ti, por mi, por tu marido”
MOTIVOS DE LA INERCIA
Los perros no saben cuándo van a
morir.
El borde de la acera,
el fi lo del cuchillo,
la carne envenenada
se tienden ante ellos como piezas
equidistantes
de algún punto feliz en su
inocencia.
Confiados transitan la ciudad.
Pasan a pocos centímetros del
corte.
Babean gustosos ante el bocado
cruel.
Un paso más
y podría llegar el final
insospechado.
No entienden acaso el rigor de un
límite,
la dureza de un esquema,
la severidad de una línea.
Pagan ingenuos el precio fatal de
su ignorancia.
Mis hombres no saben cuándo van a
morir.
Como los perros.
Y cruzan.
SENTENCIA
El que ibas a ser está esperándote
Hernández Novás
Si aquella que iba a ser ya no me
espera,
si en sus relojes se gastó mi hora,
si mi crepúsculo mató su aurora
con bárbara sequía en primavera;
si se cansó de mis maltrechos
pasos,
de mi torpeza para perseguirla,
si mi pasividad mutó en la esquirla
que un día triste la rompió en
pedazos;
si aquella que iba a ser hoy yace
muerta
y roto está el destino ante la
puerta
de la prisión que irradio donde
estoy,
entonces, por favor, díganle a ella
que no guardé otra luz más que su
estrella,
que venga y también mate esto que
soy.
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