Aurora Martínez Rodríguez

Poeta, escritora, actriz y directora de programas radiales. Nació en Pinar del Río en 1940 y falleció en el año 2017. Fue miembro de la UNEAC. Trabaja constantemente en presentaciones de lecturas, recitales, musicales y teatro. Ha obtenido títulos como Bachiller en letras en el Instituto Preuniversitario de Pinar del Río, Instructora de Arte del Curso de Comodoro y Cubanacán, profesora de piano, teoría y solfeo y de idioma inglés y francés.

Comenzó a trabajar en el año 1961 como actriz e instructor (perteneciendo a las Brigadas Campesinas). En Viñales, Guane y diferentes sitios de los campos y ciudades en distintos grupos, obteniendo premios en festivales organizados por Cultura. Impartió clases de teatro y literatura en la Secundaria Básica de Viñales y en la actual Secundaria Básica "Tomás Orlando Díaz" en la ciudad de Pinar del Río. En 1966 integró los talleres literarios donde recibió menciones y premios en poesía, narrativa y literatura para niños. Ha publicado entre otros títulos: Un camino encontré, publicación nacional Antonio Orlando Rodríguez 1980; Un dulce Olor de Azahares, literatura juvenil. Ediciones Loynaz, 1991; De la ciudad, estación poética. Ediciones Loynaz 2002;
A contra piel, poesía, Editorial Cauce, 2007; Mi querida Laura, Editorial Cauce.2003 Canción de verano, Ediciones Loynaz, 2007; Joyero y Flor, poesía infantil, 2012 y Arrullos.

Ha publicado sus escritos además, en diferentes antologías de poesía, en revistas nacionales y extranjeras, (España, Argentina y México).

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del libro A contrapiel

Edición Cauce, Colección Lafijeza, 2007. 

Este muchacho que yo amo

Este muchacho que yo amo

tiene nalgas de cisne

el color del buen tiempo

y habla de ser feliz.

Cuando bailamos

su cabeza es una copa de vino.

Sonríe

y se convierte en el más triste de los bailarines.

Entonces,

pienso en su olor a naranjas,

es un muchacho en flor

y lo amo,

aunque sea un tristísimo y mal bailarín.

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El cuarto huele a margaritas

El cuarto huele a margaritas

y corre como yo la misma suerte.

Empiezo a errar por los alrededores de tu cuerpo

y voy gateando hasta tu pecho

con una fiesta de sonidos en los labios.

Suena la música de Pablo y yo blasfemo los recuerdos,

Sabina gime:

“con ese corazón tan cinco estrellas

que hasta el hijo de Dios se fue con ella y nunca

le cobró La Magdalena”.

No necesito cartas para escribir: “el mundo es un

pañuelo…

qué chiquito”.

Pero en el fondo lo que existe es una criatura

Inveteradamente sola.

La lluvia canta

mojando una oración erótica

vertida entre los muslos

donde percibo un cazador emboscado

que vuelve a la maleza.

Otra vez el silencio parece de mentira,

puedo olvidarlo,

en tanto un aguacero dulce resbala en las caderas

cayendo como brizna.

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La menuda memoria

Al maestro Astor Piazzola

Me he acostumbrado tanto a ese sonido

desordenado y tierno

que apenas mi nostalgia es enjuiciable.

Alguien puede echar bien abajo la pared,

alguien puede entender los muros derribados

alguien

flor a flor

se buscará un verano para amar el cortejo

del tiempo.

¿Dónde estará el maestro con su frescor de trino

descarnado?

¿En qué sitio dará el pan y el vino de las fiestas?

Como a un niño lo evoco

jugando a desangrar sus notas

con esa dulce impertinencia

que sigila en la sombra.

Otra vez vuelve a escarbar la piel de los recuerdos.

En un instante es el conquistador,

la cabeza del mundo.

Su voz intermitente

está latiendo por nosotros.

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Cigüeñas

Para Guiomar

Cuando era apenas una adolescente

solía llorar por las cigüeñas

y resultaba un golpe durísimo

pensar en que no llegarían a la ventana.

(En aquel tiempo

para quitarme el sueño

tendrían que pasar por sobre mi cadáver)

Hoy,

estoy persuadida

de que jamás he visto una cigüeña

pero al menos

conservo la ventana.

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Locos

A veces nos quedamos mirando una flor

lila y fuerte,

y la vemos bailar con sus hojitas

que lo entienden todo.

En rigor las plantas sufren

igual que un pájaro un país a una muchacha

gimiendo lluvia adentro.

Te siento

colocar en mis cabellos la perfumada flor

con ese gesto altivo y cómico,

y le pongo un candado a mis lágrimas

para que no me echen a perder el maquillaje

y me confisquen el miedo a perderte.

Desde la punta de los pies

tu pecho reconoce el mío:

por un instante quiero darte mi amor,

amaneceres imperfectos

brumas

que se asemejan a turbadores campanarios,

luego;

nos morimos de risa… o de tristeza,

me haces colgarle la ternura al viento

como un escapulario,

después te oigo decir: princesa… reina…

uno más uno... igual dos,

Wallhalla, hormiga paraíso,

¡qué más da!

Los locos

aprendemos pronto a mentir.

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del libro Joyero y Flor

Ediciones Almargen. Editorial Cauce. Uneac. Pinar del Río, 2011.

ASOMBROS

SOLFI-OLAS PARA UN NIÑO

Do, re, mi de agüita pura

que te moja la cintura.

El mar huele a raspadura

y la ola,

caracola,

qué gracia para cantarte

y qué alegre al arrullarte.

Qué gracia para arrullarte

crespisuelta, blanquioscura.

Ahora el niño está solfeando

la clave del agua pura.

Con sus manitas saladas

hace que las notas vuelen.

Altifinos tomeguines,

sirenitas delicadas

a los bemoles afines,

olicompás de delfines.

Dedos de sol y amapola

solfi te brinda la ola,

un trino de cresta sola.

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 CANCIÓN A PILAR

Para Magaly Sánchez.

Su prenda de suerte: la ternura.

(remembranzas sobre un poema de José Martí)

Canción que llega volando

de la orilla de la mar

y se escapa de mis labios

para arrullar a Pilar.

Fue golondrina de frío

y libélula después

con su voz de luna y río

viraba el mar de revés.

Era una luz; era una

caricia de colibrí

¿su risa?, el agua más pura,

un no me olvides de abril.

Mi canción, mágica vara

no me dejará olvidar

tus zapaticos de rosa

guardados en un cristal.

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BARRIENDO LAS NUBES

Con pulso de luna

y reloj de sol

barriendo las nubes

conversa Margot.

Es una brujita

con moño azafrán,

los dientes de leche

y collar de pan.

Tiene una varita

hecha de limón.

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NARANJA DULCE…LIMÓN PARTIDO

(De un juego popular)…

Naranja dulce

gota de anís,

Palomo sube,

dice tris, tris.

Y silenciosos

tres zunzuncitos

vienen pasando,

vuelan volando

tras dos mayitos.

Limón partido

gordito...verde

se va rodando,

saltisaltando,

brinquibrincando

lejos se pierde.

Naranja dulce,

gota de anís.

Mi naranjita

dice: tris, tris.

El naranjero

voz de campana

por la sabana

la busca y llama

en la mañana...

Naranja dulce,

gota de anís,

Limón partido

que aún dice: tris.

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NANAS PARA BÁRBARA

NANA DEL ARCOIRIS

Cuando se va el arcoiris,

faja de siete colores

deja por detrás las flores

que van a bañarse al rio.

Ser beso y luz a la vez

el aire no lo perdona

y se atrinchera en la loma.

Allí,

la vira al revés.

La tarde azul se arrebola

de miedo,

gime la tarde,

en la claridad le arde

ser triste,

ser pena sola.

Al irse es un colorín

de cuento

se va de prisa,

a la vez la trae la brisa,

los cantos

de un querubín.

El cielo, vuelto canción

lo mira,

se acerca a él

y en cucurucho de miel

le da a probar la ilusión.

Al arco lo destensó

la lluvia

enamorada,

paloma blanca escapada

de un iris

que la atrapó.

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NANA DE LAS PREGUNTAS

Para Abimilé:

amo y señor de sus propias preguntas.

Dónde está el duende

Abimilé,

que no se siente,

que no se ve?

—Tras la brujita

de la nariz

roja y picante

como un ají.

—Y el gusanito de seda,

aquel

que dibujaste

en un papel?

—Ya es mariposa

de tu jardín,

vuela.., volando

sobre el jazmín.

—¿Y el aire suave

a dónde fue?

—Te besa el pelo...,

¿qué, no lo ves?

—Pues como el aire,

bésame así.

—Tengo coriza,

achís... achís...!

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ZALAMERÍAS

LA ABEJA

Para Daniela

que ama las abejitas.

Sobre mi rosa

tan carmesí

liba una abeja,

bis, bis, que sí.

Los ruiseñores

entre las flores,

madrugadores,

tejen amores.

Y qué graciosos

van los negritos

vuela—volando,

filas cerrando

con los mayitos.

Sobre mi rosa

tan carmesí

la abeja de oro

dice: bis, bis.

Mira el romero,

allá revuela

la majadera.

Por la pradera

luz se Volviera.

Zumba zumbando,

vuela al jardín

donde tropieza

con un jazmín.

Sobre mi rosa

tan carmesí,

sueña obrerita,

duerme abejita,

bis, bis,... ¡así!

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MARIPOSA

Para Laura

que me contó de un sueño de cristal

Lazos de tarde dorada

se te anudan en el vuelo

y parece que te escapas

del fondo mismo del cielo.

Tocan ligeras tus alas

la copa de un girasol

y él, tiembla, porque ha

sentido

por vez primera el amor.

Entonces como asustada

con un susto de cristal

te vuelves estrella de oro

que titila en el rosal.

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