Lorenzo Suárez Crespo
Publicado en Cubarte.cu
Por Waldo González López
03-08-2009
El Poeta Peregrino
Años atrás, conocí en la capital a este poeta-decimista pinareño que, nacido en la Bahía Honda de 1943, posee entre sus mayores virtudes una incambiable bonhomía.
03-08-2009
El Poeta Peregrino
Años atrás, conocí en la capital a este poeta-decimista pinareño que, nacido en la Bahía Honda de 1943, posee entre sus mayores virtudes una incambiable bonhomía.
Sí,
Lorenzo Suárez Crespo puede darse el lujo de mostrar, sin aspavientos ni
pedanterías (dos ‘pecadillos’ no conocidos por él), una modestia y una
sencillez (que no son lo mismo, pero sí iguales, parafraseando a Silvio Rodríguez) muy atendibles que, por ello, resultan hermosos
atributos de su carácter y su personalidad, no dada a tonterías ni otras
naderías (y los ciberlectores me perdonarán la rima).
Por
ello, su poesía y, en especial, su décima ─estrofa a la que se ha dedicado
desde décadas atrás y en la que constituye uno de sus representantes más
definidos en su provincia natal─, posee, del propio modo, características muy
propias y afines con su temperamento.
Poeta,
escritor para niños y promotor cultural, ha merecido, entre otros, importantes
lauros, como el Premio Nacional de Cultura Comunitaria 1999, el Olga Alonso 2000
y el Internacional de Cuentos Carmen Báez, de Morelia, Michoacán, México.
Lorenzo
ha publicado diversos volúmenes para niños, como Ofrenda lírica (1994, Premio La Rosa Blanca), Sin más abras ni cadabras (2004), Los pequeños gigantes (2004) y, para adultos,
descuella su más reciente título: el decimario Versiones de la nostalgia,
aparecido, en su Colección Laurel, por Ediciones Loynaz.
Salvaje
nostalgia
Como
bien revela su título, Versiones
de la nostalgia es un cara a
cara con un tema tan acogido por los poetas de todos los tiempos y latitudes.
Melancolía, tristeza y, en portugués, saudade,
son palabras/sentimientos tan cercanas a la muy querida voz nostalgia.
Y tal
es el hilo conductor de este volumen de Lorenzo a lo largo de sus casi 60
páginas, en las que hace un recuento de asuntos y textos que, acaso suerte de
autoantología o resumen de su quehacer en espinelas, ante todo evidencia la
sensibilidad del poeta, como su hábil manejo de la estrofa, ya tan dúctil en
sus manos, por la gracia de su talento y praxis.
Desde
los temas basados en personajes legendarios (Salomé, Penélope, Diógenes,
Caronte, Moisés y otros, pasando por los históricos (Juana de Arco, Tina,
Caupolicán…) y literarios (El Cid Campeador, Quijote, Sancho Panza, Martí,
Gustavo Adolfo Bécquer, Rafael Alberti…), hasta otros más contemporáneos, en
todos el poeta muestra y demuestra hasta la saciedad la hondura de su verso, su
gracia y su praxis de décadas en la poesía y, por supuesto, en la décima.
Voces
y temas esenciales
En
algún que otro momento, alude a otras voces esenciales para él y la mayoría de
los poetas cubanos, como la enorme obra de Nicolás Guillén.
Así, en su extenso e intenso poema en décimas «Quemar las naves», corrobora lo que digo, al utilizar con acierto dos ya clásicos versos guillenianos de un célebre texto musicado genialmente por Pablo Milanés:
Así, en su extenso e intenso poema en décimas «Quemar las naves», corrobora lo que digo, al utilizar con acierto dos ya clásicos versos guillenianos de un célebre texto musicado genialmente por Pablo Milanés:
VII
De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo
y van mis labios ardiendo
para que el grito no muera.
Qué romántica la espera
de esta tarde tan a solas,
qué espumas sobre las olas
de este mar que se agiganta
y con sus versos me canta
un romance de amapolas…
Otro de los mejores momentos de su
poemario es, sin duda, «Evocación», su canto en cuatro estrofas a su querido
Pinar del Río que, dedicado a su progenitora, constituye una excelente muestra
de apego al lar natal y la identidad. Leamos la final:
Patria pequeña, Pinar
del Río, provincia amada,
en Bahía está sembrada
la raíz de mi cantar.
Si algún día al suspirar
un tomeguín alza el vuelo
pon arco iris al cielo
que no lejos del camino
el poeta peregrino
sueña volver a tu suelo.
del Río, provincia amada,
en Bahía está sembrada
la raíz de mi cantar.
Si algún día al suspirar
un tomeguín alza el vuelo
pon arco iris al cielo
que no lejos del camino
el poeta peregrino
sueña volver a tu suelo.
Con Versiones de la nostalgia,
Lorenzo Suárez Crespo, sin patriotismo de mercachifle ni desgastada pancarta,
nos entrega un válido decimario que legitima una vez más lo cubano en la poesía[1].
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De la Antología de la Poesía Cósmica de Pinar del Río
Lorenzo Suárez
Crespo. Frente de Afirmación Hispanista, A. C. México 2005
UNA TARDE DE GAVIOTAS
Como hálito de fuego que
devora
el silencio y la angustia
en que la espero
en esas mismas llamas
ardo, muero
y un suicidio de
estrellas es mi lloro.
Acodado en el puente donde
imploro
ver su nave no lejos del
estero,
planean las gaviotas y el
velero
reserva en soledad vano
tesoro.
Los ojos se me van tras el
abismo,
el mar y la distancia son
lo mismo.
Desde cuándo este ser fía
la suerte
a los cruentos requiebros
del destino.
De prisa izó las velas
cuando vino
tan fugaz como el beso de
la muerte.
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de su decimario inédito La brújula del viajero
¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?
I.
¿Por quién doblan las campanas?
Por el silencio que agrede,
por esa voz que no puede
ser eco de las mañanas.
¿Por quién doblan? Qué tiranas
golpean el bronce triste,
es que el domingo se viste
de una oración tan confusa
que hasta la iglesia, difusa,
tal parece que no existe.
I.
¿Por quién doblan las campanas?
Por el silencio que agrede,
por esa voz que no puede
ser eco de las mañanas.
¿Por quién doblan? Qué tiranas
golpean el bronce triste,
es que el domingo se viste
de una oración tan confusa
que hasta la iglesia, difusa,
tal parece que no existe.
II.
¿Por quién doblan las campanas?
Acaso por el viajero
que trazó su derrotero
a las rutas más lejanas...?
¿Por quién doblan? ¿Serán vanas
las promesas? ¿Con qué suerte
a cada golpe más fuerte
nuestros sentidos dislocan?
Es que en el bronce galopan
los caballos de la muerte.
¿Por quién doblan las campanas?
Acaso por el viajero
que trazó su derrotero
a las rutas más lejanas...?
¿Por quién doblan? ¿Serán vanas
las promesas? ¿Con qué suerte
a cada golpe más fuerte
nuestros sentidos dislocan?
Es que en el bronce galopan
los caballos de la muerte.
III.
¿Por quién doblan las campanas?
Por el pasado que impela
y un presente que recela
en las horas más tempranas.
¿Por quién doblan? Cuán ufanas
viajan de la cruz al viento
y en sus ecos, al portento
de un repetido domingo,
muchas veces no distingo
si las sueño o si las siento.
Por el pasado que impela
y un presente que recela
en las horas más tempranas.
¿Por quién doblan? Cuán ufanas
viajan de la cruz al viento
y en sus ecos, al portento
de un repetido domingo,
muchas veces no distingo
si las sueño o si las siento.
IV.
¿Por quién doblan las campanas?
Por el recuerdo, la duda,
por la esperanza que anuda
tantas lágrimas y ganas.
¿Por quién doblan? Las ventanas
abren al par las cortinas.
De la calle a las colinas
alguien pregunta al tañido:
¿Dónde están? ¿Dónde se han ido?
¿Volverán las golondrinas?
Por el recuerdo, la duda,
por la esperanza que anuda
tantas lágrimas y ganas.
¿Por quién doblan? Las ventanas
abren al par las cortinas.
De la calle a las colinas
alguien pregunta al tañido:
¿Dónde están? ¿Dónde se han ido?
¿Volverán las golondrinas?
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